sábado, 28 de diciembre de 2013

TRADICIÓN





"Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro".

                                                            Groucho Marx



El que somos un país de costumbres arraigadas, es un hecho. Lo dice la Marca España:  "un país rico en tradiciones". Sólo tenemos que poner la televisión, durante estas fechas tan señaladas, para comprobar que es cierto. Comenzamos, todavía con sabor a mantecado en la boca, a escuchar el discurso del rey. Su Majestad, que lleva 35 años diciéndonos, casi, lo mismo todas y cada una de las Nochebuenas, desde el 24 de diciembre de 1978, pero a peor.

Al principio; D. Juan Carlos, alias "el Campechano", nos instaba a la unidad como pueblo, para conquistar un futuro, después; nos pedía una unidad como pueblo, para justificar el pasado, ultimamente; nos demanda una unidad como pueblo, para justificar el presente, incluso su presencia. Y es que ve que se le desmonta el chiringuito, y que hemos pasado de una época en que decíamos que los niños ya no son tan niños, para ver que los tontos ya no son tan tontos, que hasta Sofía no Sefía y poco a poco se fue convirtiendo en Sofea.

Lo que más me ha llamado la atención del mensaje del rey de esta Nochebuena, es el detalle de irse acordando y mencionando uno por uno, a todos y cada uno de los grupos sociales que en la actualidad lo mantienen ahí subido a la burra del sistema, los saqueados, pero ni siquiera menciona, a pesar de conocerse perfectamente, a ninguno de los saqueadores.

El otro día me explicaba el chino de la tienda de mi barrio, lo español que es nuestro rey que "se ha comido no ya un colín, sino toda una colina", me decía, no sé si con sorna, o directamente con muy mala leche.  Al final, no supe ver si su alusión era específica al hecho de haberse trajinado a doña Corinna, o por el contrario, por su forma de descojonarse de risa, se refería a cómo somos nosotros, a los que ahora, nos engañan como a chinos.

El caso es que en vista de la trascendencia y profundidad de las palabras del Borbón, se empieza a sopesar la posibilidad de que el próximo año, que según el gobierno será el de la recuperación, sea Froilán el que nos lea el discurso de Nochebuena, porque es un chavalote que se dispara muy bien y además sabe leer.

Hablando de tradiciones, ya es costumbre para TVE, la televisión pública que pagamos todos, el amenizarnos "la Nochebuena" con la presencia del cantante Raphael, este año además, junto a la figura innovadora de Pablo Alborán. Los dos, se arrancaron a dúo en un momento del programa, interpretando una canción en la que más que cantar, parecía que maullaban y daban algún que otro bufido, como dos gatos que se hubieran pillado los testículos con la tapa del piano.

El mensaje oculto que nos mandan es claro. Ante la inminente subida de la luz a partir de enero, tras el montaje del 11% inicial, al final han decretado un 2,3%, para que les demos las gracias, vamos. A pesar de congelar el salario mínimo, subir las pensiones  un 0,25% - la mitad del IPC - un índice de paro del 26%, una precariedad laboral que asusta, unos derechos laborales que rondan el esclavismo, ante esta situación, el mensaje de TVE, la televisión pública que utiliza el Gobierno como medio de propaganda política, es claro: apagad la televisión, los que no os lo podéis costear, que tenéis que ahorrar en el recibo de la luz. Y para lo que hay que ver...

Tradicional, también, resulta la forma de entender las cadenas públicas de televisión por parte de los gobiernos del PP,  el cual bajo el amparo de la crisis, camufla medidas y leyes de claro corte ideológico. Demonizando toda posible oposición al Régimen y ensalzando las políticas neoliberales y conservadoras.

Menos mal que ha llegado el PP al poder para poner orden en una España donde se usaba el aborto como método anticonceptivo y el subsidio de desempleo para comprar televisiones de plasma, y no precisamente para poder ver al Sr. Rajoy en una de sus ruedas de prensa.


lunes, 23 de diciembre de 2013

MONSTRUO II


   
       

                  "El dinero no es nada, pero mucho dinero, eso ya es otra cosa"                      

                                                George Bernard Shaw

Estaba abatido en el salón, sentado en su sillón favorito, cuando la criada abrió la puerta. Al rato, apareció acompañando al doctor, que sonriente, se fue hacia él para darle un abrazo de forma efusiva, al que Emilio correspondió con cierta apatía.
_ A ver cómo está ese enfermo, - dijo el doctor, mientras sacaba algunos instrumentos de su maletín - ¿qué tal, cómo te encuentras? - le preguntó, mientras se disponía a auscultar el torax, abdomen y espalda de Emilio.
_ He estado mejor Pedro, he estado mejor. Ya me ve. - le respondió mientras, el estetoscopio recorría la poblada pelambre de su cuerpo -
Tras un reconocimiento exhaustivo a nivel general, Emilio le preguntó al doctor cómo le encontraba.
_ Nada, estás hecho un roble. No tienes nada que no pueda enmendar unos merecidos días de descanso.
 _ Pedro, me ha visto nacer. Conoce a mis padres y todos mis hermanos. Míreme atentamente y no me engañe: ¿verdad que me he convertido en un monstruo?.
_ Lleva repitiendo lo mismo toda al mañana - dijo Eli acercándose ligeramente a ellos -
_ A ver muchacho, no te martirices. Son tiempos dífíciles, los negocios, a veces hacen tomar decisiones que no gustan a nadie, estas cosas crean cierto estress y ansiedad. Esta situación puede derivar a algún tipo de depresión, pero creo que estamos a tiempo. Hazme caso, coge a Eli, y daros un par de días de descanso en algún sitio tranquilo. Y me voy porque hoy tengo una mañana muy apretada. Así que si me disculpais...
El médico se despidió del matrimonio y abandonó la finca. Emilio, cada vez comprendía menos la situación, se miraba las manos, se tocaba con ellas su cuerpo cubierto de pelo y no entendía nada.
_ Llama al viejo zorro y dile que no voy al banco, también a la zorra de mi hermanita, Ana Patricia, diles que no me encuentro bien. Ah! también a mi secretaria, que cancele todas las reuniones de hoy. Voy a salir - le dijo resolutivo a Elizabeth - 

Tras enfundarse en el abrigo, una bufanda de lana y un fedora, que le tapaba la cara casi por completo, se dispuso a salir a la calle. Algo no iba bien, al menos desde esa mañana. Cómo podía ser que él se notase y se viese tan distinto de como era, y en cambio, nadie más se percatase de ello. Hasta ese momento solo había tratado con gente que le conocía, su mujer, el médico y el personal de servicio. Sentía miedo y a la vez curiosidad por comprobar la reacción de alguien de la calle al verlo.

Salió al ajetreo de la calle, la gente iba y venía a lo suyo, con prisas, nadie reparaba en los demás. Comenzó a caminar hacia una clínica que conocía, le habían hablado bastante bien de ella, y no le pillaba muy retirada para ir andando. En ella, trataban problemas psicológicos de toda índole, incluso patologías más serias y problemas mentales. Si algo funcionaba mal en su cabeza, como parecía ser, debería tratárselo cuanto antes, sin demora.

A pesar de no tener cita concertada, no tuvo que esperar apenas, en seguida apareció la enfermera, que tras pronunciar su nombre, le indicó que pasase a la consulta. Comenzaron a atenderle dos doctores, el apellido y el pagar la abultada factura por anticipado puede multiplicar de forma considerable el interés por un caso. Le indicaron que se tendiese y se pusiera cómodo en una especie de diván, tras presentarse, como el Dr. Barroso y Dr. Rodríguez, comenzaron a realizar una serie de preguntas.

_  Sus apellidos son Botín y O´Shea, ¿es correcto?- Emilio corroboró con un movimiento de cabeza afirmativo - es para completar su ficha - le explicaron -
_ Refiéranos qué es lo que le ocurre D. Emilio - intervino el Dr. Barroso -
_ Míreme fijamente doctor: ¿verdad que soy un monstruo?.
_ ¿Cómo dice? - preguntó sorprendido el Dr. Rodríguez -
_ ¡Es que no ven que soy un MONSTRUO!
_ A ver tranquilo D. Emilio, cuéntenos lo que ocurre desde el principio. ¿ Cuándo comenzó a sentirse mal?. ¿Qué es exactamente lo que no vemos?.
_ Todo comenzó esta mañana, me levanté, me miré en el espejo, y ahí estaba el reflejo de ese Monstruo, mi horror fue el comprobar que era mi reflejo, el Monstruo era yo. ¡Mire, no son manos, son zarpas!. ¡Pero es que no lo ven!. ¡SOY UN MONSTRUO!

Los dos psiquiatras se quedaron paralizados, contemplaban absortos a Emilio. Ninguno de los dos parecía encontrar palabras, se miraron, se asintieron mutuamente, pero ninguno de los dos decía nada. Fue el Dr. Barroso el que por fin rompió el silencio.
_ Y dice que fue  esta misma mañana, cuando comenzó a tener esas... digamos, visiones.
_ No son visiones.
_ ¿Le ha pasado esto con anterioridad? - inquirió el Dr. Rodríguez -
_ ¡Claro que no!. ¿Piensan que estoy loco?. ¿Pero es que no veen que ahora soy un Monstruo?.
_ Serio - añadió el Dr. Barroso mirando a su compañero -

Entonces fue cuando comenzaron ambos el bombardeo de preguntas. Edad, estado civil, que si padecía alguna enfermedad relevante, que si cómo fue su infancia, que si cuál es su trabajo, que si cual es su función específica como asesor financiero, que si ha ordenado llevar a efecto muchos desahucios, que si acude al baño regularmente, que si duerme bien, que si sus relaciones sexuales son normales, que si esto, que si lo otro... siempre altenándose ambos en el turno de pregunta.
_ ¡Bueno ya basta!. Soy un Monstruo y quiero soluciones. ¡Qué es lo que me pasa y qué tengo que hacer para volver a ser el de antes!.
_ D. Emilio, su situación, puede ser debida, a algún tipo de complejo que acarrea desde su adolescencia, reactivada por la situación actual. Se ve obligado a llevar a cabo, inducido principalmente por la autoridad paterna, acciones que no son de su agrado, lo que le crea un incipiente sentido de culpabilidad, con el agravante del odio hacia una figura femenina con la que compite por el liderazgo, tanto a nivel laboral como social.
_ Creemos - continuó el doctor Barroso - que padece un sentido de culpabilidad, agudizado por su obligada necesidad de competir. Le recomendamos que acuda a nuestras terapias de grupo, unos días de descanso, inhibido de sus quehaceres habituales, y sobre todo tomarse la vida con más tranquildad.

Salió de la clínica con la moral por los suelos, hacía un frío de mil demonios, pero le daba igual. No sabía qué era peor: si ver alucinaciones o ser un envidioso de mierda. Era lo que le habían dado a entender los dos psiquiatras de la clínica. A lo mejor era verdad, y todo era producto de su imaginación. Quizás el sentimiento de culpabilidad, ese, del que tanto hablaban, le hacía sentirse y verse como un Monstruo. Pensaba hacerles caso, todo el mundo no se podía equivocar, a la vez, volvería a casa y planearía un viaje junto a Elizabeth. Pobrecilla; vaya trago que la había hecho pasar.

Pensaba en lo penoso del tiempo, hacía un aire cantidad de molesto, un frío que penetraba hasta los huesos y ahora de repente comenzaba a llover. Las gentes aceleraban el paso ante la inminente amenaza de lluvia, de improviso a un niño se le escapó un juguete, se desaferró de la mano de su madre y corrió a buscarlo. El juguete fue a parar justo a los pies de Emilio, que se agachó y lo recogió, pero el niño cegado por el aire, no reparó, chocando de forma brusca con el hombre. Cuando abrió los ojos, se quedó mirando a quien le ofrecía el juguete, justo antes de recogerlo. Justo un instante antes de articular un "gracias señor", vió la cara del sujeto que le ofrecía su juguete. Al principio el niño se quedó paralizado, después la expresión se convirtió en horror, para que sin poder contener un grito de miedo, saliese corriendo buscando la protección de su madre.
_ ¡¡¡UN MONSTRUO!!!, ¡Mamá corre, es UN MONSTRUO!!!
_ ¡Qué! ¿Cómo? ´- balbució desolado Emilio -

A partir de entonces todos los mendigos y desahuciados por la sociedad, conocían a un tipo que se llamaba a sí mismo el Monstruo, que podía parar en cualquiera de los callejones de la ciudad frecuentados por los indigentes. Siempre borracho, con una botella de buen whisky en la mano, que nadie sabía como conseguía y utilizando términos de un lenguaje que nadie entendía.

sábado, 21 de diciembre de 2013

MONSTRUO





 " El mundo es suficientemente grande para satisfacer las necesidades de todos. Pero siempre será demasiado pequeño para la avaricia de algunos".

                                                        Mahatma  Gandhi



Se sentía completamente somnoliento cuando sonó el despertador. Notaba una ligera pesadez de estómago y la boca pastosa, pero lo peor era el dolor de cabeza. Eran apenas las seis de la mañana y no entendía la devoción, inculcada por su familia, respecto al hábito de madrugar. Simplemente un par de horas más de sueño, solucionarían todos esos pequeños problemas.

Se levantó todavía adormilado, y trastabillando acudió al baño para orinar de forma generosa en el moderno inodoro. Mientras; escuchaba caer el agua de la ducha, primero; como una lluvia fina, constante, acompasada, después; como una serie de golpes amortiguados por el pelo, quizás, ruido de que sin duda hay alguien ahí, bajo el chorro, y el agua cae en riachos, goterones a destiempo, cae de golpe mucha agua más pesada, agua jabonosa que golpea contra el agua estancada.

Todavía un tanto adormilado, se dispuso a mirarse en el espejo. Estaba completamente empañado y comenzó a limpiarlo con la manga del pijama. Al recibir el reflejo de su imagen, no pudo contener un respingo, se frotó los ojos, se acercó al cristal. Pensó que debía tratarse de algún mal sueño, o una broma de mal gusto. Comprobó con horror que tenía la cara y los brazos llenos de pelo, pero de forma exagerada, sobrenatural; abrió la boca, y su dentadura era muchísimo más poderosa, algunas piezas dentales exhibían una fortaleza de auténtica arma mortífera. Sus manos, eran enormes ahora, los dedos podía decirse que eran garras y las uñas tenían un aspecto realmente capaz de intimidar a cualquiera, más que manos, lo que observaba eran unas zarpas. ¿Pero cómo era posible que le hubiesen crecido tanto las uñas en una noche?. Dió un paso hacia atras, se observó atentamente y pensó: ¡Dios, doy miedo!. Soy...soy ¡un monstruo!.

En ese preciso momento, Eli, que era como llamaba de forma abreviada a Elizabeth, su mujer, cerró el grifo de la ducha. Pudo escuchar como le llamaba: "¿Emi, eres tú, estás ahí?". No pudo reprimir un gruñido como contestación, mientras que absorto se miraba los pies. Escuchó como su mujer descorría la mampara de la ducha, vio como por una rendija asomaba su mano, mientras le pedía por favor que le acercase la toalla. Entonces la alarma saltó en su cabeza, no podía dejar que le viera, al menos de momento, con un movimiento rápido le tendió la toalla, y salió del baño a toda prisa. 

Volvió a la habitación, se metió de nuevo en la cama y se arropó hasta la cabeza. Cerró los ojos apretándolos muy fuerte, e imploró para sus adentros, llegando a pronunciar su súplica: "por favor, Dios mío, que todo sea una pesadilla. Ahora que me despierte y todo vuelva a ser como antes". Ahuecó las mantas dejando que entrara un haz de luz, se miró su mano izquierda, y nada, su ruego no había servido de nada. Seguía siendo un monstruo, algún tipo de bestia. no sabía como era posible, pero es lo que había. Un temor inundó su cabeza, no sabía como iba a reaccionar, dentro de poco su esposa entraría en la habitación, y no sabía hasta que punto podía ser peligroso. Cómo reaccionaría ella al verle con su nuevo aterrador aspecto, y mucho peor, cómo encajaría él tenerla cerca. Le martirizaba la idea de ser capaz de hacerla daño.

La mujer entró en la habitación conyugal portando una toalla a modo de turbante en el pelo, y otra que le cubría el cuerpo por debajo de las axilas. Le extrañó ver a su marido de nuevo metido en la cama, además de esa extraña manera: arropado hasta la cabeza, de forma que sólo se intuía su bulto bajo el edredón. Tras la sorpresa inicial, acudió a su mente la preocupación, por lo que preguntó angustiada: "Emi, cari, qué te pasa, qué haces en la cama a estas horas". Él se aferró a la ropa y angustiado le contestó sobresaltado: "¡Eli, aléjate de mí!. No quiero hacerte daño". Entonces ella sonrió y otra idea muy distinta acudió a su cabeza, a veces, podían ser muy imaginativos. Por lo que trató de acertar de qué iba el jueguecito en esta ocasión.

Sin pensárselo dos veces se quitó la toalla del pelo y comenzó a secarlo con ella aceleradamente, dejó caer la que cubría su cuerpo, y sacó del galán el conjunto interior nuevo, color púrpura, que adquirió justo el día anterior. Se dejó caer sobre la cama y comenzó a avanzar a gatas hacia la cabecera, gritando en un fingido afligimiento: "¡No, por favor, animal malvado. No me hagas daño!". Emilio, en un principio pensó que le había visto, pero el tono no le encajaba del todo, hasta que comprendió.

_  Eli, te estoy hablando en serio, puedo resultar peligroso. ¡Alejaté de mí!.
_¡Ay, Emilio!, me estás asustando. ¿Qué te pasa, te encuentras mal?. A ver, quítate el edredón de la cabeza que te vea.
_ Elizabeth, por última vez, ¡aléjate de mí!.

Después de un ligero forcejeo entre ambos con la ropa de cama, el uno para mantenerse oculto, y la otra para descubrirle la cara, Emilio decidió que no merecía la pena seguir ocultándose, total en algún momento tendría que verle. Por lo que esperando el grito de horror de su mujer, se descubrió la cara.
_ Está bien tú lo has querido.

La mujer se le quedó fija mirándole, pero no hacía nada, hasta que se le acercó ligeramente, reparando en los ojos, después le pidió que sacase la lengua.
_ Lo que me imaginaba, estás agotado my darling. Estate ahí tranquilo, voy a llamar ahora mismo al doctor.
_ ¡Eli!
_ ¡Ay qué!
_ ¿Pero tú me has mirado bien?. Acércate. Mírame, ¡soy un monstruo!
_ Que pesado cari, de verdad. Hazme caso, estate tranquilo al menos hasta que venga el doctor.

 Extrañado, se levantó, se enfundó en su batín y fue de nuevo a mirarse en el espejo del baño. No podía comprender qué era lo que ocurría. Mientras escuchaba como su mujer, abajo, le pedía al médico familiar que acudiese al domicilio, se miró de todas las posturas, en todos los ángulos imaginables, y todas las imágenes reflejadas que le devolvía el espejo, eran las de un monstruo, un auténtico animal. No comprendía porqué ella estaba tan tranquila en el salón hablando por teléfono, en lugar de estar aterrada.

viernes, 13 de diciembre de 2013

LA CÉLULA



 

"Los verdaderos líderes deben estar dispuestos a sacrificarlo todo por la libertad de su pueblo".

                                                       
                                                               Nelson Mandela



Tantos años convencidos que desde el espacio exterior, otras criaturas con una inteligencia superior nos vigilan y exploran, con la intención de invadirnos, para que llegue el otro día mi amigo "el marciano" y me aclare que no, que simplemente observan las consecuencias devastadoras que puede ocasionar "la célula mariana", que es como denominan al material inservible del que se deshicieron desde Marte, hace un montonazo de años, y fue el que hizo posible que se creara vida aquí, en la Tierra. Vida poco inteligente como hemos podido comprobar en el transcurso de todos estos años.

Es una "célula" que se transmite de forma muy agresiva, muy resistente a todo tipo de condiciones adversas, y que es capaz de convencer a las mayorías de la necesidad de realizar sacrificios y reformas, tomando todo tipo de medidas, con tal de favorecer a las élites dirigentes al servicio de los grandes capitales, que a pesar de ser una minoría, poseen la mayor parte de los recursos, que no dudan en utilizar, para manejarnos a su antojo.

Sustancia, que a pesar de crear síntomas basados en perseverar ciertas costumbres arraigadas e ideales involutivos, no ha podido escapar a la selección natural, para preservarse y llegar a sobrevivir, incluso, en estos tiempos tan difíciles.

Tenemos constancia de la existencia de esta "célula" en hispania, desde hace al menos dos milenios. En los últimos 77 años, sabemos, que por aquello de que la unión hace la fuerza, se han agrupado diversas células, formando un tejido. Tejido, liderado durante la última década por "la célula mariana", que debido a su especial pestilencia, en los últimos tiempos, su esencia, comienza a envasarse en Botella.

Botella; que cada vez que se destapa, además de descubrirnos episodios inexistentes de la historia, nos rocía con esa reseca espuma añeja, cargada de ese profundo hedor a rancio, que rezuma esa putrefacta ideología casposa, que por corrompida, nos envilece a todos, en castellano, y no digamos  en inglés.

La "célula mariana" se encuentra aferrada al poder y, especialmente en España, está decidida a convertir la dudosa democracia, tan proclamada desde sus orígenes tras la aprobación de la Constitución de 1.978, en una clara dictadura. El motivo es que los tiempos que se avecinan para el PP, partido hoy en el gobierno, pueden resultar cuando menos: complicados. De ahí, la urgencia de crear una ley de seguridad ciudadana, que afiance la represión de forma legal, curiosamente enfocada a acojonar a los propios ciudadanos, para que desistan de realizar cualquier tipo de protesta, mientras les saquean y pisotean sus derechos.

Pero, sin duda, el mayor representante de "la célula mariana", hoy, es sin lugar a dudas, Don Mariano, que curiosamente es el lider del PP, y casualmente, es el presidente de España. Viendo a la organización que pertenece, el "Don" de don Mariano, más que un tratamiento de respeto, parece un mote, uno se le imagina diciéndoles a sus mamporreros ministros: "que pareschca una ley". En todo caso; la palabra, no es precisamente el "Don" de don Mariano. Yo cuando escucho hablar al señor Rajoy no sé bien de qué está hablando, es más, creo que ni él mismo sabe bien de lo que habla. Observo como lee hoja tras hoja, escritas, no se sabe por quién, con letra inteligible, que nos hablan de cosas que no son de este mundo.

Cualquiera que lea una, de las escasas, entrevistas que concede nuestro "carismático" presidente, y, sobre todo si es a un medio extranjero, primero uno se piensa que está hablando de otro país, y cuando se cae en la cuenta de que no, que habla de España, llegas a creeer que has estado dos años dormido, y que no te has enterado de nada. Yo llego incluso a asomarme a la ventana, para comprobar si ya no hay gente rebuscando en la basura. Luego, cuando empieza a hablar de recuperación económica, de que España ya sale de la crisis, de "la luz al otro lado del túnel". Es entonces; cuando comprendes el porqué de las gafas y la barba, casi, la única diferencia con el anterior líder "carismático", quizás, deben ser de las pocas diferencias, en cuanto a líderes "carismáticos" se refiere, que exigen "los mercados".

El otro día falleció el Sr. Mandela, al que hasta justo ese momento, toda "la célula mariana" al pleno, lo consideraba un rojo, negro, comunista y terrorista, del que fue mejor olvidarse durante los 27 años que permaneció encarcelado. Don Mariano, al darse cuenta - avispado que es él - de que la cosa estaba de moda, fue de los muchos mandatarios que rompieron en elogios hacia D. Nelson, incluso le llamaba "Madiba" y alababa su legado, delante de una foto de Morgan Freeman. Uno, de sus muchos asesores, le interrumpió justo a tiempo, cuando se disponía a comenzar a hablar de su filmografía.

En un primer momento, desde Moncloa, pensaron en mandar un telegrama de condolencia a los familiares del señor Mandela, pero desistieron en la idea, debido a la trayectoria de errores de la institución,  sobre todo en lo que a telegramas de pésame se refiere, desde que el Sr. Rajoy la ocupa. Por lo que ante el temor de acabar enviando un comunicado de dolor por el óbito del Sr. Mandela, a Suráfrica, en el que se le emparentara con el líder de "Amanecer Dorado", optaron, porque nuestro presidente acudiese, en persona - el gallego, tanteó el enviar una pantalla de plasma - a pesar de que le pilla lejos y tuviese que viajar en avión.

El entierro, al parecer, estuvo bastante animado, incluso, algún líder europeo comentó que hacía años que no se lo pasaba tan bien. Por lo que ya están deseando que se produzca pronto un acontecimientos parecido. Cómo sería el ambiente de jolgorio que se vivió, para que durante las palabras que dedicó Obama en el acto, el intérprete del lenguaje de los sordos, se arrancase a bailar breakdance, en lugar de traducir al mandatario estadounidense.

Don Mariano regresó un tanto decepcionado, ya que al final no hubo el partido de fútbol que se esperaba, y le hicieron desistir de su intención de pronunciar unas palabras en inglés, explicando su formidable Reforma Laboral tras la intervención de Obama, debido a su escaso dominio del idioma, por lo que seguramente echaría bastante de menos a la Sra. Botella. Nada más aterrizar en Madrid, se le veía en plena forma y dispuesto a superarse a sí mismo con alguna de sus ocurrencias, a pesar de constatar que en Suráfrica lo había visto todo muy negro.

Siempre  lo he dicho; entre mi amigo "el marciano" y don Mariano, la "c" marca la diferencia, al menos al nombrarlos.



viernes, 11 de octubre de 2013

SUEÑOS DE FUTURO




                               "No pienso nunca en el futuro porque llega muy pronto".
                                                                  
                                                          Albert Einstein   


Estábamos cenando, eran algo menos de las diez de la noche, me disponía a pinchar con el tenedor la ensalada común, dispusta en el centro de la mesa, cuando noté una mirada, al principio no le di importancia, pero me llamó la atención, y comencé a fijarme más. Era una mirada inquisitiva, a la vez que tímida, decidida, a la par que indecisa, tan llena de ilusión como de fastidio. A veces los chicos hacen estas cosas, cuando están a punto de pedirte algún capricho, sobre todo si son conscinetes de que suponen un gasto excesivo, o cuando saben que han hecho algo que no está bien, y sienten la necesidad de contarlo pero no saben por donde empezar. Transcurría el tiempo, el silencio ya resultaba cortante, miré a mi mujer y también me observaba de soslayo. Tuve la impresión de que algo no marchaba bien. Parafraseando la ley de Murphy, cuando algo va mal, lo más probable es que pueda ir peor.

Me desperté pronto, quizás, excesivamente pronto. Había sido una noche especialmente inquieta, desvelado, sumiéndome vencido a ratos, en un inquieto duermevela, que me obligaba a despabilarme cada cierto tiempo, devolviéndome a la vigilia con un dolor de cabeza tremendamente incómodo. Ya en la ducha, seguía dándole vueltas a la  cuestión, definitivamente no era capaz de reunir el valor, no sabía cómo decírselo a mi familia. El caso es que llevaba toda la semana sin apenas descansar, y mi mujer y los chicos, estaban demasiado pendientes, sentía que notaban mis ausencias, no físicas claro, pero en cosas puntuales, que en otras circunstancias hubiesen acaparado toda mi atención, me encontraban indiferente y como pensando en otra cosa. Tenía que continuar con la farsa, quizás, tuviese un golpe de suerte inesperado, que me ahorraría dar muchas explicaciones, que conforme pasaba el tiempo, más me costaba mentalizarme a dar de forma natural. Pensaba para mí mismo: esto no es normal, mientras continuaba con la mentira.

Terminé de asearme, salí del baño, me vestí y desayuné. Desprecié, como cada día, la segunda tostada con mantequilla a mi mujer y me dispuse a acudir, como desde hacía casi veinticinco años, al trabajo, sólo que comenzaba mi segunda semana de trabajar de mentira. Al salir del portal, en los contenedores de basura, estaba, como casi todas las mañanas desde... ya había perdido la memoria desde cuándo, un viejo conocido, que siempre se me quedaba mirando, y al que me parecía normal encontrarme allí, desaliñado, con su cada vez más mugroso abrigo de paño que portaba en todo tiempo, una figura enjuta, medio encorvada y sin nombre. Figura, conocida y anónima, al que en los útimos tiempos le acompañaban un número de personas cada vez mayor, todos ellos rebuscando en la basura algún objeto, cualquier cosa que de alguna manera pudiera ser aprovechable. De pronto, justamente esa mañana, me paré, observé, parece ser que con otros ojos, el panorama que veía. Me vinieron tantas cosas a la cabeza, tantas sensaciones atrasadas, tantos sentimientos ignorados o reprimidos, que casi me dejo vencer por todas esas frustaciones acumuladas durante los últimos años. Lo que veía no era justo, no, ni justo ni normal.

Eran las cuatro de la tarde, apenas faltaba una hora para salir cuando me dijeron que el jefe quería verme. Corrían tiempos difíciles, las cosas en la empresa habían estado mal, después se pusieron muy mal, pero últimamente, parecía que la tormenta había pasado, teníamos bastante trabajo. Era de los más antiguos en la empresa, una fábrica de productos de PVC y aluminio, el trabajo era duro, pero al menos cuando empecé a trabajar, el salario tampoco estaba mal, te daba para vivir. En los últimos años las cosas se habían complicado, los gastos eran mayores, con la universidad de los chicos, la hipoteca, las dos bajadas de salarios que tuvimos que soportar y demás, crearon situaciones bastante tensas, sobre todo en algunos momentos puntuales, a la hora de llegar a fin de mes. Pero íbamos tirando.

Pensativo, barajando varias posibilidades, fui al servicio, me lavé las manos y la cara, a pesar de frotarme con saña, la grasa de las manos no acababa de desprenderse del todo. Cuando salí, tras acabar de asearme, las manos me olían a lavavajillas, y notaba las encías cargadas, por lo que probablemente mi aliento resultaría bastante desagradable. Subí las escaleras metálicas que separaban la fábrica de la oficina, llamé y abrí la puerta todo en uno, me quedé mirando a Isabel, la secretaria, que me indicó que pasase al despacho contiguo. Volví a llamar, hasta que resonó un tenue y comedido "adelante", procedente del otro lado de la puerta. Don Arturo, el jefe, y el señor González, el contable, me esperaban, hecho que me sobresaltó, no me lo esperaba, y no me venía a la cabeza ningún motivo que justificase la presencia, a la vez, de nosotros tres en esa habitación. Los pocos motivos justificatorios que me venían, no me gustaban un pelo, la verdad, y no me parecía normal.

Me sentía observado, por todos, durante la cena. Incluso me vino la imagen de mi padre, de hacía muchos años, esa mirada dura, inquisitiva, apoyando una buena reprimenda, por algo que había hecho de forma incorrecta. Sentía que me habían descubierto, que mi familia sabía lo que les ocultaba, que me habían pillado, y no era capaz de crear argumentos que justificasen mi proceder. "Papá, voy a dejar los estudios". Me retumbó el sonido de aquellas palabras, más que en los oídos, en el cerebro, me quedé embelesado pensando que todo era debido  a un problema de acúfenos, que rememorando, me habían transportado al momento en que pronuncié esas mismas palabras ante mi padre, hacía ya muchos años."¿ Papá, me estás escuchando ?, te estoy diciendo que voy a dejar la carrera". Miré a mi hijo mayor, que esperaba sorprendido y expectante, el silencio dominaba la mesa, y yo sólo pude articular un simple: "¿cómo?".

_ ¿ Qué pasa colega ?, te noto preocupado. Tantas mañanas viéndonos y nunca te había notado como ahora.
_  Pues sí, estoy preocupado, pero llevo tiempo preocupado.- le contesté al "mendigo"-.
_  Pero tío, si eres un privilegiado, tú curras. ¿ Qué te preocupa ?.
_  Pues ahí está el tema, que no sé exactamente porqué me preocupo - le dije, sin saber muy bien a qué me refería-. Yo creo que me preocupa el futuro, el que todo por lo que he luchado en la vida se me venga abajo.
_  Que te preocupa "el futuro"?, tío, no me hagas reír, jajaja. Qué gracia me hace!.
_  Por qué se ríe de mí, simplemente me ha preguntado, y yo le estoy respondiendo- le dije -.
_ Ya, es que lo del futuro hace muchísima gracia a los que ni siquiera tenemos presente. Pero vamos; tampoco me lo tomes a mal.
_ Es que me preocupa el futuro de mis hijos, siempre he querido que estudiaran, para que fuesen más de lo que he sido yo: un simple obrero.
_ Los míos estudiaron, se tuvierno que buscar la vida fuera de España, uno es ingeniero aerodinámico y lleva dos años en Alemania, donde no le va mal, limpiando retretes, y el otro es un investigador en el campo de la genética, lleva tres años en EEUU y va tirando, es guía turístico y animador de una importante agencia de viajes.

Veía a mi padre reprendiéndome por dejar los estudios para ir a trabajar a una obra. Mi mujer diciéndome: "tranquilízate, no te preocupes tanto, llevas muchos años trabajando en la empresa, no puede ser que te echen". Don Arturo golpeándome aquel día: "Ya sabe que llevamos años de perdidas. Hemos pensado en una reestructuración de la plantilla. Se le indemnizará con lo que le pertenezca según la legalidad vigente". Que traducido; quería decir que me ponían en la calle con cuatro perras, tras casi media vida laboral trabajando para la misma empresa. Con cincuenta y cuatro años y sin expectativas de poder encontrar otro empleo, tengo amigos y conocidos de mi edad, que tras perder el empleo, llevan años sin que nadie les contrate y tienen la convicción de que nunca más volverán a trabajar. Joder!, y eso es normal?.

_ No puedo creerlo, en serio.
_ A qué te refieres.
_ A lo de tus hijos; estudiaron, se prepararon, y según cuentas, se dedican a cosas que no tienen nada que ver con la preparación que tienen, encima fuera de su país. Increíble!. ¡Pero qué futuro nos espera!.
_ Lo tuyo con el futuro es obsesivo colega. ¿ Pero es que tú no te informas?. Puedo mostrarte miles de personas, sólo en esta ciudad, que se ríen del futuro, porque ni siquiera tienen presente. Cientos de miles, que malviven, rozando la indigencia. Millones de seres que ocultan su miseria, las pasan canutas para llegar a fin de mes, y en muchos casos lo ocultan. He visto ancianos poco mayores que yo, morir solos, despreciados. He visto principalmente dos tipos de personas; los que como tú, hasta ahora, nos ven, sienten lástima, pero nos ignoran, y los que nos dan de lado, como si la cosa no fuese con ellos, y fuésemos algo molesto que hay que exterminar.
_ Verás yo... no sé cómo decirlo, me han despedido del puestro de trabajo que ocupaba desde hace muchos años. Todo mi mundo se derrumbó en ese momento. Además no soy capaz de contárselo a mi familia, me veo incapaz de reunir el suficiente  valor para sesgar de golpe la ilusión y esperanza de futuro de toda mi familia.
_ "Valor", ese es nuestro mayor problema colega, nos han dejado vivir una "ilusión", no hemos sabido luchar para poner las cosas en su sitio, y nos hemos condenado a un futuro de indigencia.

Me quedé mirando a los ojos al mendigo conocido, mi nuevo amigo, descubrí toda la sabiduría en su mirada, fijé mi atención en sus pupilas, me concentré en el tono de sus palabras despierta conciencias. Vi tanto odio, rabia y sufrimientos acumulados, que me quedé casi paralizado, perplejo: él era el futuro. El futuro de los desahuciados por un sistema asocial, en el que prevalecen intereses mercantiles, por encima de las personas, anteponiendo los privilegios de unos pocos por encima de lo conveniene para la mayoría del pueblo. Abatido, sentí que la conciencia me gritaba que, así, no hay futuro.

Comencé a gritar:
_ ¡NO HAY FUTURO, NO HAY FUTURO! - mientras gritaba alterado, sentía, que una voz conocida y sosegada procuraba calmarme, al principio me parecía muy lejana, pero cada vez resultaba más cercana a la par que conocida. Noté que comenzaban a mecerme, primero, de forma suave, pero yo seguía gritando, por lo que el balanceo comenzó a ser más pronuciado, más agresivo, hasta que, dada la insistencia de mis gritos, comencé a notar un zarandeo, que realizado de forma reiterativa consiguió hacereme volver a la realidad.

Abrí los ojos desconcertado; el mayor de mis dos hijos me zarandeaba de forma brusca, agarrándome por ambos hombros, con expresión preocupada, me gritaba de forma reiterativa: "PAPÁ DESPIERTA". Me le quedé mirando, desconcertado, le pregunté: "dime que no dejas los estudios, dime que todo ha sido un mal sueño. Dime que no renuncias al futuro, que el futuro existe. Mi hijo se me quedó mirando absorto, como el resto de la familia, miré de refilón por la ventana, y pude ver como el mendigo conocido me saludaba agitando la mano, con una media sonrisa en su rostro.

jueves, 19 de septiembre de 2013

EL PP ES DIFERENTE





Ha bastado que el Partido Popular vuelva a tomar el poder, para demostrarnos que son otra cosa, y en su cabezonería por convertir a Madrid en ciudad olímpica, nos han dejado claro su capacidad de batir récords, al menos en lo importante. De momento; cuentan con el reconocimiento de Europa, al convertirse, en poco tiempo, en plusmarquistas mundiales, en la modalidad de destrucción masiva de empleo sin burbujas en categoría absoluta. 

También es de justicia, concederles el mérito de lograr que Madrid 2020, después de tres candidaturas tan consecutivas como fallidas, haya acabado siendo el resultado de las olimpiadas más caras de la historia, sin ni siquiera llegar a celebrarse. Eso se lo tenemos que agradecer única y exclusivamente al PP, que primero con Garrafón, perdón, Gallardón "el faraón" y luego con Botella, fueron dilapidando de forma austera, como sólamente ellos saben hacerlo, euro a euro y candidatura a candidatura, hasta completar los nueve mil millones de euros a los que asciende el montante de la fiesta, que hemos pagado todos los madrileños. Al parecer 42895 € es lo que ha costado vestir en el Corte Inglés al último séquito que acudió a Buenos Aires, el resto, es la típica transparencia propia del sistema, a la hora de rendir cuentas y dar explicaciones al pueblo, transparencia, a la que el PP representa a la perfección, es decir: es una auténtica incognita, en qué se ha malgastado, perdón, invertido el resto del dinero.

Los responsables, como siempre, pasan olímpicamente de asumir sus responsabiliades, y echan la culpa de todo a Zapatero, por decir aquello de que nuestra economía jugaba en la Champion League, opinando Rajoy, como contrapartida, que nuestra ruina debía de jugar cuando menos en unas olimpiadas.

Además de por su pasión a las competiciones deportivas, si hay algo que podemos decir que caracteriza a este Gobierno es su dedicación al control de la cultura. No en vano, se sabe que don Mariano, es lector de grandes títulos; vamos,  más que de títulos, de titulares, el hecho es que se lee todos los títulares del Marca diaramente y algún que otro WhatsApp, pero con el control justo, para precisamente, poder destrozar sin ningún pudor la cultura.

La cultura y el conocimiento, son a veces los detonantes que conducen a la pregunta. Sin ir más lejos; el otro día,  ante el éxito de la cadena humana formada durante la celebración de la última Diada de Cataluña, el señor Margallo, ese ministro con la sonrisa más espectacular de todo el hipódromo, tras admitir el éxito de la convocatoria, dijo que "hay que escuchar a la calle". Al parecer según fuentes cercanas al ministro, Margallo tuvo que desconectar los teléfonos: no paraban de llamarle, tanto el resto de miembros del Gobierno, Rajoy incluido, como la cúpula dirigente al pleno de todo el PP. Todos le preguntaban intrigados que "quién es la calle, que si se escribe junto o separado".

Con semejante pandilla de lumbreras dentro del Gobierno, no es de extrañar, que la ministra preferida de nuestro presidente sea Fátima Báñez, que además de eximirse de toda responsabilidad, en lo que al paro se refiere, a pesar de ser la actual titular del ministerio de trabajo, cargando el mochuelo a la Virgen del Rocío, está convencida, que los pensionistas a los que condena a la precariedad, algún día la darán las gracias. Es que desde que al robo se le llama ahorro, uno se queda a veces un tanto pensativo. Con este atraco, perdón, "reforma", se pretenden robar, perdón, ahorrar treinta y tres mil millones de euros, obligando a nuestros jubilados a malvivir, ya de entrada, durante, al menos, los próximos nueve años.

El otro día se cumplieron cinco años de la caída de Lehman Brothers, hecho que supuso el inicio de la crisis que seguimos padeciendo, la misma, que de una u otra manera, nos ha cambiado la vida, a peor, a la inmensa mayoría. La inconsciencia, avaricia y falta de rigor de los directivos del sector financiero, fueron los causantes de esta crisis. Ni uno solo de ellos, ha rendido cuentas sobre el asunto, es más, unos gozan tranquilamente de sus retiros millonarios, y otros, ocupan los mismos o mejores puestos que los que ocupaban.

230.415 millones de euros de dinero público, se les lleva otorgados al sector financiero desde 2008 hasta 2012 en España, 76.264 millones de euros en recapitalizaciones, dinero, que ya nos están diciendo que tenemos que hacernos a la idea de que no se va a recuperar, que es un regalo que le hemos hecho a los bancos. El responsable de la quiebra de Bankia, Rodrigo Rato, es fichado por Botín como asesor del Grupo Santander, no sabemos exactamente de qué, el caso es que ganará un dineral, aparte de los 200 mil euros que gana como asesor de Telefónica.

Está clarísimo que no hay dinero, por eso hay que hacer que nuestros pensionistas paguen por las medicinas, por la teleasistencia y se les prive de la ayuda a dependencia, además de robarles ahora otros 33 mil millones de euros, porque no vamos a hacer que nuestros mandamases, se apeen de su tren de vida, sólo porque unos viejecitos se empeñen en no morirse. Por eso es conveniente, que tanto Báñez como su tropa, sigan en su labor de cuenta cuentos sobre la realidad de un mundo que sólo existe en su imaginación, siendo conveniente seguir manteniendo esta cultura de la farsa y la mentira, más que nada, porque el voto de nuestros ancianos todavía sigue contando y puede decidir. Al menos; hasta que se den cuenta que su decisión más importante, será, en el mejor de los casos, si comprar un cartón de leche o las pastillas de la tensión, y se den cuenta de a quién tienen que darle las gracias.

 Parece ser que se confirma la idea, de que en el PP se toman todas las medidas pertinentes para ayudar a los bancos, con el fin de que su cúpula no acabe en un banquillo.

jueves, 12 de septiembre de 2013

HACIA ATRÁS


     

                               
                               "Cuanto más pensemos, más nos faltará por pensar." 

                                                      Jesús Ibáñez           
                         

  El verano de 1940 resultó especialmente caluroso, todo el mundo lo comentaba en La Parrilla y en varias comarcas de los alrededores de Cuenca. Resultó un año tremendamente doloroso, por un lado; hacía poco que acabó la Guerra Civil en España, con la victoria de los golpistas de Franco, y por otro; hacía escasos meses, que había estallado la II Guerra Mundial. De todas formas, en un pueblo como La Parrilla, todos estos hechos tan trascendentales para la historia, apenas si se hicieron notar, con la debida intensidad, en el día a día de sus habitantes.

La guerra en España acabó oficialmente el 1 de Abril de 1939, pero ya hacía algunos meses, que comenzaron a reaparecer los ricos del pueblo, los caciques, que se mantuvieron escondidos, durante gran parte de la contienda, algunos, en las cámaras, desvanes, incluso en habitaciones ocultas por tabiques superpuestos, en sus propias casas. Salieron de sus escondrijos como las ratas, para retomar sus posesiones como leones.

Dos niños retozan junto a su abuelo, que postrado por la edad sobre el sofá, les sonríe, ellos, le ven en parte, como una especie de niño grande, que les cuenta unas historias extrañas, sobre tiempos remotos, que debieron de ser un aburrimiento, pero que a veces les gusta escucharlas, porque o son muy tristes que dan pena o son muy alegres y les entran ganas de reírse. "¿Abuelo, tú estuviste en la guerra?". Le pregunta el niño, sin saber exactamente lo que conlleva la pregunta. El abuelo se queda mirando al mayor de sus dos nietos, - con diez años - la mirada un tanto perdida, y le contesta rememorando: "Ah, la guerra, sí. ¡ Qué tiempos aquellos !. Yo no estuve, pero dos de mis hermanos sí, uno de ellos, perdió la vida en ella".

Ángel, todavía no tenía los catorce años cuando empezó a trabajar para la casa de Antonia "la sastra", eran vecinos de toda la vida, vivían justo enfrente en la calle Altillo del Castillo, pero a las dos familias, a pesar de la amistad, las separaba algo más que el ancho de una calle. El niño, comenzaba a sentir el desencanto de lo que significaba el trabajar como asalariado. Hasta entonces, venía ayudando a su padre en algunas faenas de labranza y tareas de la casa, trabajo no remunerado, pero ahora le pagarían la cantidad de dos pesetas por día de trabajo. Por lo que comenzó a sentir en sus propias carnes la esencia del capitalismo: la explotación, el abuso y la avaricia.

El trabajo era duro y la jornada larga, Dionisio, su jefe, tenía mucha confianza con su familia, precisamente por eso, probablemente, el abuso era mayor. Ángel, solía volver del campo tras acabar su jornada laboral, poco antes de las doce de la noche, picaba algo de lo que le tenía preparado su madre de cena y se acostaba. Antes de las tres y media de la madrugada, ya estaba el buen hombre aporreando los portones de la casa del muchacho y llamándolo a voces, para que se levantara y acudiese de nuevo al trabajo. Sacar agua del pozo a cubos, para que bebieran casi cincuenta mulas, - "los sastres" eran tratantes de mulas, las compraban pequeñas, las criaban, las domesticaban y luego las vendían por toda la comarca - limpiar la cuadra, tener preparados dos carros con un par de mulas cada uno, para acercar a los labradores, que eran principalmente mujeres en aquella época, y acarrear durante todo el día la cosecha, desde los campos de labranza hasta la era, donde se extendía la mies para comenzar a trillar, esa era su rutina diaria, a no ser, que le mandasen hacer otra cosa entremedias. Total que casi todos los días cuando quería llegar a casa eran poco menos de las doce de la noche, y sabía que al día siguiente se tenía que levantar a las cuatro de la madrugada, para volver a empezar. Aun así, don Dionisio, tenía por costumbre el acudir todas y cada una de las madrugadas de aquel caluroso estío, a llamarle a voces, golpeando los portones de su casa para despertarle. Hasta que una mañana, casi acabando la canícula, le hizo ver que esa forma era errónea, porque él sabía que tenía que acudir al trabajo, y que eso lo podía hacer, si acaso, cuando hubiese comprobado falta de responsabilidad, que de momento no era el caso, por su parte. Pero cuando acabó la guerra, esa gente, estaban muy creciditos, no se las atenían con nadie, por lo que se vió obligado a mandarle directamente a hacer puñetas.

"¿Abuelo, en el pueblo, había policía?". "No, lo que había era Guardia Civil" - contesta rememorando, con la  mirada un tanto perdida -.
"¿ Pegaban por entonces a la gente ?". Le pregunta de nuevo el nieto, esperando respuestas que casi se sabe de memoria. "En aquella época, después de la guerra, los trabajadores teníamos que andar más derechos que velas. ¡Cualquiera se desmandaba!. Si te cruzabas con la pareja - de guardias civiles - por los caminos de las afueras del pueblo y les saludabas, malo, si pasabas sin decirles nada, malo también, eso que te conocían, al menos los del pueblo. Pero claro; si tenías fama de ser un poco más rebelde, y yo, y algunos más la teníamos, pues ya te tenían entre ojos. Anda que no me habrán quitado a mí, sin motivo, cargas de leña en el invierno, y hacer que se las llevaras a ellos al cuartelillo para calentarse gratis".

El abuelo prosigue con su retahíla, mientras que el menor de los nietos enciende una vídeoconsola portátil.
"No hemos pasado nada en aquellos tiempos con esa gentuza, pues no estaban creciditos ni nada después de haber ganado la guerra. Luego; por si fuera poco, estuve trabajando para "los remolines", eran los más ricos del pueblo, menudos franquistas fachones, uno de los hermanos murió en la división azul. Todo se les hacía poco para sacarte bien la pringue, una noche sí y la otra no, tenías que ir a dormir a la cuadra, para dar de comer al ganado.

"Abuelo, ¿ pero tú pasaste hambre en el pueblo?" - le pregunta el más pequeño, mientras descansa para que juegue una partida su hermano -. "No hijo - le contesta el abuelo - la verdad, es que hambre no he pasado, a pesar del racionamiento que había después de la guerra. Entonces existía el estraperlo, que por una parte nos permitía vender lo poco que `nos sobraba´, algunas veces era revender mercancia: panes, aceite, leche, huevos, y te jugabas el acabar en el cuartelillo, incluso en la cárcel, si no te entendías con los guardias. Con estos trapicheos, se conseguía algo de dinero, para a su vez, poder comprar otros alimentos que te hicieran falta, aunque, sí había quien se dedicaba siempre al estraperlo y lo consideraba como su negocio, además le daba para vivir, algunos bastante bien, por cierto".

"¿Por qué  te viniste del pueblo, es que no había trabajo?" - preguntaba el niño mientras le pasaba la vídeoconsola a su hermano - .
"En La Parrilla, en aquellos años, había trabajo a ´punta pala`, no faltaba: lo que no había era futuro. Me casé allí y tuve mi primer hijo, pero me di cuenta que la vida en mi pueblo era eso, estar hecho un esclavo, sin tener vida, nada más que trabajando, para que vivieran ellos, los ricos. Llevar una vida servil, sumisa, sin poder rechistar por nada, si es que no querías tener problemas, todo, para ofrecerle un porvenir lleno de resignación a mis hijos. No me gustaba y quería creer que la vida era otra cosa. Porque una cosa es trabajar, que hay que trabajar, y duro, si hace falta, y otra cosa es que te tengan como un esclavo. Pero por lo que veo en estos tiempos, los de siempre, han decidido que volvamos hacia atrás, esperemos que no haya que esperar otros cuarenta años de atraso, para tratar de avanzar. Porque eso ya lo viví a partir del verano de 1940.

Mientras los niños siguen disfrutando de su vídeojuego, el abuelo, rememora hechos de la vida de Ángel, sus historias de un tiempo pasado, que no volverá, y bueno será luchar porque no vuelvan.

viernes, 6 de septiembre de 2013

31 PARADOS MENOS, MÁS 2 DISCOS DUROS






Me dice mi amigo "el marciano", que el otro día, el Sr. Botín, delante de su círculo de hienas, perdón, de amigos, les comentaba que las crisis son buenas hasta en el matrimonio, porque hacen crecer y reafirman. No hay más que ver nuestras cifras - les comentaba don Emilio - desde que comenzó este expolio, perdón, esta crisis. Cifras que nos confirman, que hemos crecido más que nunca de forma brutal y desproporcionada, y que nos reafirman en la idea de que las instituciones reguladoras, supuestamente, encargadas de controlarnos, no sirven absolutamente para nada. Por tanto; recomiendo, a todo el mundo una crisis de lo que sea, por lo menos una vez al mes. Se escuchaban aplausos procedentes, incluso, de Genova 13, no sabemos si en diferido, siquiera si simulados, pero siempre con el patrocinio del grupo Santander o similar.

Hablando de instituciones de las que se desconoce su utilidad efectiva, mi amigo el "marciano" conoce una numerosa cantidad de ellas y se descojona con muchas, vamos, con casi todas. La que está estos días muy de moda es la ONU, de la cuál, no sé si habría que reinventar sus siglas, pero al menos, sí su significado. La verdad es que resulta un auténtico acto de fe, creerse realmente, que alguien cuyo nombre suena a un nuevo tipo de helado, o cuando menos a una nueva técnica dentro de las artes marciales, sea capaz de organizar algo, con la intención de unir nada menos que naciones.

Pero Ban Ki-moon es un señor muy serio, del que todo el mundo espera que dé luz verde a las intenciones de esa nueva "paloma negra" de la paz, que curiosamente, también es el señor de la guerra, y que se encuentra deseoso de regar con una lluvia de bombas, en esta ocasión, las tierras de Siria. Como dice "el marciano": "hay veces que la cola mueve al perro". Por eso se trata de buscar otro tipo de unión para legitimar el acto, principalmente, porque Siria, más que a química o armas, huele a gas que te rilas y merece ser arrasada, como otras tierras en otras ocasiones; en nombre de los derechos humanos, la libertad, la democracia e incluso de la paz.

En Europa tenemos la UE, que desde su creación nunca ha dejado de ser, más que nada, una declaración de intenciones, con una "Unión", que parece un chiste malo, y un "Europea", cuya forma de vida se queda para disfrute de algún país del norte. Los del sur, mientras, jugamos a las democracias y a gobiernos soberanos, muy unidos a las órdenes y siguiendo los mandatos de nuestros jefes alemanes.

Aquí, en España, disfrutamos de una justicia, que aunque lenta, no por ello deja de ser menos injusta, con jueces, que disponen de una lentitud de reflejos directamente proporcional a las velocidades que alcanza don Mariano haciendo footing: los dos son más lentos que el caballo del malo, en un western a punto de acabar. También contamos con partidos como el PP, que es el que actualmente nos putea, perdón, nos gobierna, que en su afán por colaborar con la justicia y haciéndose partícipe total de la ley de transparencia, le entregó el otro día al juez Ruz unos ordenadores totalmente transparentes. Los ordenadores, supuestamente, utilizados por Luis "el cabronazo", y utilizo el aumentativo para no caer en el error de quitarle años y porque es lo que más abunda en el Partido Popular, a pesar de que algunos pretendan suavizarlo denominándose a sí mismos "cachorros", estaban desprovistos de todo contenido.

Es que gracias al caso Gürtel, a Bárcenas, al afán del PP por tratar de explicar lo inexplicable, y a las palabras de la Vicepresidenta Sáenz de Santamaría, por fin sabemos que el partido en el gobierno es una empresa y que funciona como tal. Quizás, esa sea la explicación  de que el señor Rajoy, más que gobernar para el pueblo al que representa, lo haga a favor de los grandes empresarios y las grandes fortunas. Al final va a resultar que en lugar de un presidente del gobierno, lo que tenemos es un gerente.

Ante semejante panorama, no es de extrañar, que don Mariano se mantuviese oculto y ocioso en proporciones iguales, tan sólo atinando a prohibir, de manera enérgica, la pronunciación de la palabra "Bárcenas", al menos en su presencia. Un Rajoy agazapado, hasta la aparición de ese ministro de rostro indescriptible, cuyo apellido, viene a recordarles a todos y cada uno de los votantes del PP de dónde se han caído. El Sr. Guindos, el otro día, vino a decirnos que dónde va a parar, que "ahora, sí se ve luz al final del túnel", aunque sea la luz de otro tren que viene de frente y nos arrolla. Y es que ya tenemos 31 parados menos en agosto, así que con las medidas de creación de empleo que está adoptando el gobierno, y a este ritmo vertiginoso de parado menos por día, le damos ciento cincuenta siglos a don Mariano y nos instaura el pleno empleo en España.

Como pieza clave, el Gobierno cuenta, aunque no se lo crean, ni yo tampoco, con la ministra de desempleo e inseguridad asocial, doña Fátima Báñez. Doña Fátima, es muy de ocurrencias y cuando no se la ocurre nada, reza, vamos nos manda rezar a todos. Su último gran invento es el asegurar que a los pensionistas, siempre, siempre, se les va a subir la pensión. Así que por una complicadísima fórmula; que tiene en cuenta como está la economía del país, el BBVA, Inditex y la empresa constructora de su familia, podremos conocer si nuestros mayores, podrán medio comer ese año, o es preferible que se mueran. Por poner un ejemplo, la pensión media en España, que está en 900 € de media, yo conozco muchas más que rondan los 600 €, pero bueno, con el 0,25% de subida que garantiza Báñez, se incrementaría en unos astronómicos 2,25 € al mes. Por eso pide que en adelante, los pensionistas recen para que no suba el papel higiénico.

No crean que ya me produce tanta risa las gracieta de esta gente. No porque me importe que los ricos sean cada vez más ricos y vivan cada vez mejor, sino porque he descubierto que esto se produce a mi costa. No sé si alguien se da por aludido.
Ah!, tú no, que ya sé que eres marciano.


domingo, 1 de septiembre de 2013

LA GENTE ESTÁ EN SUS COSAS





"Lo que mas me indigna es la indiferencia con que se contemplan las cosas, en general. Y en los dirigentes la ignorancia y la soberbia".

                                                         José Luis Sampedro



La verdad es que llegado este tiempo y con este calor, uno se deja, hasta de pasearse. Yo recuerdo que en tiempos del gobierno de Zapatero, a pesar de no haber sido capaces de enterarse de nada en lo referente a la gestación de una crisis de proporciones titánicas, casi todo era motivo de alerta. Había alerta por ola de calor, alerta por ola de frío, alerta por todo tipo de olas. El PP, se equivocó de "holas" y por eso apostó por un Gobierno basado en el ruego a Dios: adiós a la sanidad pública, adiós a la educación pública, adiós a los derechos laborales, adiós a las mínimas políticas sociales de las que disponíamos y adiós a lo poco que queda del estado de bienestar. Todo ello sustentado por la aplicación del siempre efectivo método del "a Dios rogando pero con el mazo dando".

El otro día, decidí jugarme la vida, y abandonando el sofá del Ikea, me encontraba predispuesto, sin anestesiar ni nada, a afrontar y padecer toda la dureza del estío, saliendo a la calle a darme una vuelta por el barrio. Siempre que soy presa de estos ataques de heroicidad, me gusta evaluar los pros y los contras y efectuar una estrategia, imaginando un escenario de la situación en el supuesto más adverso.
Tenía como aliados la caída de la tarde, lo que hace variar la temperatura ambiente entre 3º y 4ºC, y contaba; con que el establecimiento hostelero más cercano al portal de mi vivienda, una cervecería, tan sólo dista apenas 25 metros. Los contras: que llevaba días sin pasear por el barrio e ignoraba qué locales podían estar cerrados por vacaciones.

Salí a la calle, donde por cierto, contra todo pronóstico la temperatura era bastante agradable. Estaba dispuesto a entretenerme viendo los escaparates de los últimos locales de chinos abiertos en el barrio. Entonces, me encontré con mi amigo Luis.

Luis es albañil, le conozco desde siempre, de jugar a las canicas, al peón, compañeros del colegio, practicamente crecimos juntos. Es un trabajador nato, su padre se lo llevó por  primera vez a la obra cuando tan sólo tenía 12 años. A pesar de todo, seguimos en contacto y mantuvimos nuestra amistad durante todo este tiempo.Transcurridos unos años, se hizo novio de Isabel, una chica de aquí, del barrio también, con la que se casó y tuvo dos hijos.

Hacía ya unos meses desde la última vez que nos vimos, nos estrechamos las manos, nos preguntamos mutuamente que qué tal y comprobamos que los dos estábamos un poco más mayores, pero poco, con algunas canas más, pero no demasiadas y algún kilo de más, quizás, también. Enseguida  como era su costumbre, últimamente, cuando nos veíamos, me soltó su frase favorita: "tío, dime dónde vamos a tomar algo que estoy seco".

La vida de mi amigo era la de una persona sencilla, no se metía en problemas, no bebía, su vida era el trabajo y su casa. La política no le atraía y le solía decir a su hermano Paco, que era militante de una organización de izquierdas, "yo con los partidos políticos no quiero nada, que son todos iguales". Luis era lo que solemos llamar un "hombre de su casa", trabajador, ahorrador y al que el trabajo no le faltaba. Con este panorama quiso que su familia prosperase, tener una vivienda más grande, por lo que se embarcó en la compra de un chalet que le suponía el pago de más de 800€ mensuales de hipoteca, que al poco tiempo se convirtieron en 1100 euros, pero aún asi, la cosa se podía soportar. Alquiló su casa y con su sueldo, no tenía excesivos problemas para poder llegar a fin de mes.

Fuimos caminando hasta la bodega de Emilio, y siempre con su humor, Luis pidió dos J.B, por lo que Emilio nos puso delante dos botellines del Mahou - dos Jodíos Botellines - le pregunté con mucho tacto por Isabel y por los chicos. Con tristeza, me cuenta que con su ex mujer ahora está bien, empiezan a ser amigos y que a los chicos les ve bastante, sobre todo ahora con las vacaciones del colegio.

Los cobros en su empresa comenzaron a retrasarse, hasta que un día "el pistola" - así se le denomina en el argot, al jefe de una empresa subcontratada - comunicó a los trabajadores que Dragados le había quitado la concesión de la obra, y que no les podía pagar, porque a él tampoco le pagaban. Comenzaron los problemas de Luis, nunca había estado parado, pero de pronto, trabajo no había; el inquilino de su piso, le comunica que no le puede pagar, porque le han despedido; el banco le comunica que han devuelto la hipoteca, por no disponer de dinero en cuenta para afrontar el pago; sus padres le llaman preocupados, porque el banco les ha hecho saber que Luis no paga la letra de la hipoteca y que ellos son sus avalistas. Luis está desesperado, no encuentra trabajo, el inquilino de su casa se ha ido tras seis meses de impago de alquiler; Isabel, su mujer, siempre está de mal humor, culpa a su marido de no haber tenido cabeza; el banco les acosa, y les manda la notificación de embargo. Isabel no soporta la presión, hace las malestas, coge a los niños y se marcha a casa de sus padres. El banco ejecuta el desahucio y Luis se refugia en casa de sus padres, que también están amenazados. A partir de entonces, Luis comienza a acudir con Paco, su hermano, a asambleas y reuniones, donde se habla sobre desahucios y derechos humanos, comienza a implicarse en la "lucha" y acude a cuantas reuniones puede. Hoy; Luis es un miembro importante dentro de las plataformas, se ayuda a sí mismo, a la vez que trata de ayudar a los demás.

Íbamos por el segundo botellín, y comenzamos a rememorar cómo éramos de niños y no tan niños.
"Es que éramos unos pillos, y unos trastos, pero: recuerdas?. No nos dejábamos pisar por nadie. Cualquiera nos tosía!. Ahora la sociedad está mucho más adormecida. Fíjate en mi situación: desahuciado, y sigo pagando por algo que ya no tengo, para que no le quiten a mis padres lo poco que tienen ellos. Nos están engañando, a todos, lo sabemos, y la mayoría miramos para otro  lado, es increíble!". Me fijé en la impotencia de su mirada y la rabia contenida, que se percibía en sus palabras.
"Es cierto, no sé que necesitamos que nos hagan, para que la respuesta sea masiva y paremos este expolio". - le contesté -

"Mira - hizo una pausa, mientras asiente para sí mismo - la gente está en sus cosas  - se muerde los labios y ladea ligeramente la cabeza, como haciendo ver que lo que está diciendo  no le gusta, pero es lo que hay -  es lo que puedes deducir de la mayoría de las conversaciones de tu entorno, del mío, o del que sea. El tema de la lucha de clases,  el pelear por nuestros derechos saliendo a la calle, se ve como cosa de obreros, y nadie quiere ser un perdedor, todo el mundo quiere prosperar, y que prosperen sus hijos. Al menos eso es lo que lleva años inculcándonos el capitalismo éste de mierda, consumista a plazos. Quizás, y sólo quizás, cuando la mayoría de la gente, se vea como me he visto y me sigo viendo yo, despertaremos, y veremos claro que nadie nos regaló nada y que hay muchas cosas que cambiar, y que debemos cambiarlas nosotros a base de lucha".

A veces; según el contexto, hay frases que te marcan, depende quién las diga, cómo y en qué momento las dice, para que las consideres lapidarias. Cuando Luis acabó de hablar y volvió a su expresión habitual, yo, me repetí mentalmente, embelesado: "Joder!, la gente está en sus cosas". Se me quedó mirando, preocupado en un principio y medio sonriente me dijo: "pero tío, que no pasa nada, ya sabes, di algo".
Mirando a Emilio detrás de la barra, sólo se me ocurrió decir: "Pon la penúltima, Emilio, que aquí mi colega y yo, hoy, estamos en nuestras cosas".

miércoles, 28 de agosto de 2013

LA VUELTA




Justo cuando comienza a enfriarse "el conflicto" del Peñón de Gibraltar, y acaba de calentarse la inminente acción militar en Siria, en la que EEUU, ha decidido que son demasiados los intereses como para dejar pasar la oportunidad de bombardear un objetivo más, para asegurar la tranquilidad que conlleva el imponer un gobierno colaboracionista y "demócrata". Justo en el momento en que más que a calentamiento, lo del Peñón, ya olía a requemado, el PP, nos recuerda que todavía nos gobierna don Mariano.

Al parecer, esta temporada se llevaba que nuestros políticos, desconocemos porqué motivo, se castiguen a sí mismos reduciendo sus vacaciones de estío. Hay que reconocer que el presidente tiene el Don de la oportunidad, y que hasta en vacaciones, reaparece de sus escondites justo en el momento preciso.  Momento; en que precisamente, no hace para nada falta que dé la cara, porque cobra calidad de careto.  Con la experiencia, todo el mundo sabe, que a pesar del empeño por vendernos que "vuelven al puesto de trabajo", tan sólo "vuelven al puesto", se hacen la foto, y al trabajo ya regresarán en su momento, que de hacer el gilipollas, en su caso, siempre hay tiempo.

Don Mariano se empeña en convencernos de su afán por el trabajo, con unas fotos en plenas vacaciones, haciendo footing, en las que ni siquiera muestra sudada la camiseta, constatando la máxima de que "a mínimo esfuerzo máximo rendimiento", aunque sólo sea electoral. Es que lo de los votantes del PP, ya resultan fidelidades místico fanáticas. Les da igual las tomaduras de pelo, que resultan de las explicaciones sobre las decisiones tomadas, ya que están acostumbrados a creerse hasta las mentiras y desconfíar hasta de las verdades.

El caso es que el Sr. Rajoy, ha vuelto de sus días de descanso en Pontevedra, y casi todo el mundo está pendiente de la pretendida renovación en la cúpula del partido y del Gobierno, más que nada, porque tanto una cosa como la otra, huelen a podrido y se trata de mitigar el hedor.

A las voces, que más bien son susurros, dentro del PP, que piden al gallego una remodelación profunda de toda la cúpula de Génova, el presidente, les contesta que "no dispone Génova del suficiente número de conserjes, y los que hay, no están exentos de duda, ya que a veces, dudo hasta de mí mismo". Un presidente dispuesto a reconocer una minicrisis de Gobierno, que ya se ha cobrado en Andalucía la dimisión del Sr. Griñán y que le obliga a echar a Arenas sobre el asunto.

Ante la obcecación por parte de la oposición de seguir preguntando sobre el caso Bárcenas, nuestro máximo mandatario se ha pronunciado de forma contundente, y se le ha podido entender claramente decir, en tono chulesco: "A ná Mato". La única interpretación, a esta respuesta, casi, carente de sentido es que el Sr. Rajoy subsanará esta "crisis de gobierno", haciendo un brindis al sol y entregando a cambio algo carente de contenido como es la cabeza de Ana Mato. La ministra del eterno bronceado, probablemente, se quede blanca cuando conozca la noticia.

Mientras; nuestro Presidente, parapetado en Moncloa, sabiéndose muy capaz de llevar a España a lo más alto, tras hundirla, se repetirá a sí mismo como una retahíla: "España va mejor, va mejor". Aunque sea a costa de esclavizar a los españoles. En ese mismo instante, sobre Siria, quizás, lloverán bombas, en nombre de la libertad, la igualdad y la democracia, aunque desconozcamos cuáles son los intereses - perdón, motivos -  reales.

miércoles, 21 de agosto de 2013

EL FINAL DEL VERANO



   


¿Por qué sólo se es partidario de la autodeterminación de los pueblos allí donde se espera sacar provecho de ello?.
                                                 
                                                         Hermann Hesse
                                                               
                                                     

Todos podemos recordar lo aburridísimos que resultaban antes los veranos. Pero ha sido llegar D. Mariano al gobierno, y comenzar a buscar soluciones, sobre todo, para los gravísimos problemas que afloran con el comienzo del estío. Ya desde la oposición; el Sr. Rajoy, nos apuntaba que teníamos un problema de competitividad, pero tras  hacerse con el poder, no tardó en puntualizarnos, que más bien, se trataba de un problema de competición. Por lo que como persona totalmente carente de hipocresía, comenzó a predicar con el ejemplo.

La prueba la tenemos este mismo verano, en el que hemos podido verle, compitiendo a la carrera con Suárez Costa, marido de Ana Pastor, actual Ministra de Fomento y parece ser que la nueva mujer de confianza de nuestro presidente dentro del gobierno. Por tanto; conociendo la trayectoria del gallego, en cuanto a personas en las que deposita su confianza se refiere, presuntamente, la próxima candidata a asestarle la puñalada por la espalda.

También contamos con un Rubalcaba, con mucha predisposición a colaborar en esta batalla encarnizada contra el aburrimiento. Tanto es así, que este año, se autoproclamó el encargado de poner la emoción: la emoción de censura. Al final, emoción, lo que se dice emoción, la verdad, es que no hubo mucha. Pero sí que hubo bastante censura, ya que, durante la comparecencia en el Senado, por el caso Bárcenas, de nuestro máximo gobernante, lo único que nos quedó claro es: que todo es verdad, salvo alguna cosa.

Es que hasta la Justicia colabora, no sólo con el Gobierno, sino también con el PP - partido en el gobierno - en ese afán por mantener al pueblo entretenido, en estos duros días de asueto. Y precisamente; qué mejor forma de llegar al pueblo, que despertándole el sentimiento patrio, incluso, si fuera menester, incitándole a una guerra tan improbable como ficticia, contra el enemigo a lo largo de siglos de historia: "el perro inglés". Tensión en el conflicto de Gibraltar, que por otra parte, es directamente proporcional, a la expectación que puedan despertar, en el pueblo, las declaraciones ante el Juez de dirigentes y ex-dirigentes, presuntamente corruptos, del partido en el Gobierno.

Podemos estar satisfechos, ya que existen numerosas entidades colaboradoras con la causa de mantener entretenido al pueblo a costa de lo que sea. Ante las exigencias del FMI, las recomendaciones de la UE, las imposiciones del BCE y los consejos de la OCDE y CEE. A don Mariano se le ve muy predispuesto a convertir al conjunto del pueblo español en mierduristas: dícese de la nueva clase trabajadora, que roza el esclavismo, obligada a trabajar por un salario conformado por unos euros de mierda.

Mientras tanto; nos las meten cuadriculadas por otro lado,
debemos recordar - lo de prometer, hoy por hoy, son palabras mayores - que doña Soraya dijo que la reforma financiera, no costaría ni un euro al contribuyente español. Al parecer, se equivocó, en apenas 36 mil milllones de euros, que son los que reconoce el gobierno de don Mariano como incobrables, en este mes de Agosto. Justo, casi coincide la cantidad exacta, con los recortes que van a perpetrar en la educación y la sanidad  públicas, esa que resulta carísima e inasumible.

Además; contamos con el empeño de la ministra Báñez, y su afán por convertirnos a todos nosotros  en una mezcla de espías, chivatos y delatores, de nuestros propios vecinos, para que no confundamos  los merecidísimos  sobresueldos legales de doscientos mil euros de la cúpula del PP, con el gravísimo fraude  de 400 € de algunos parados.

Luego tenemos a Soledad Becerril, marquesa y defensora del pueblo de sí mismo. Si es que esto es para no aburrirse. Resulta que doña Soledad, no recurrirá la ley antidesahucios del PP ante el Tribunal Constitucional, como le indicaba la PAH - Plataforma de Afectados por la Hipoteca - porque ya lo ha hecho el PSOE, el cual, en su día, no apoyó en el Congreso el recurso presentado por la PAH, debido a ese sentido "remunerativo", que tienen todos los partido amparados por nuestro sistema, que consiste en no mover un dedo si no se adquiere algún tipo de protagonismo o beneficio electoral.

Lo dicho; a ver si empiezan en serio las competiciones de fútbol, que es como D. Mariano y los suyos se sienten a salvo, en su garantía de que nos tienen entretenidos. Es que sino, en lo que queda de verano, capaces son de poner a la Armada Española a pescar Camerones.

jueves, 8 de agosto de 2013

FIN DE LA CITA



                “Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen, pierden el respeto.”  
                                                        Georg C. Lichtenberg      "( Fin de la Cita )"


Vivimos en la República Bananera de Apaña, pero con el duro matiz, de que ni siquiera somos una república. En los últimos tiempos, se ha hecho más patente, si cabe, que somos una especie de Bundesland, propiedad de los bancos alemanes y a disposición de los mercados y la troika, para asegurar el cobro de intereses y ganacias a corto plazo. Hemos pasado; de ser el falso espejismo de la octava potencia económica mundial, a volver a la realidad; como la colonia de Estados Unidos, que siempre hemos sido y de la que comienza a salir, a raudales, todos los olores y excrementos putrefactos acumulados durante décadas bajo capas y capas de maquillaje.

El pasado 1 de agosto, además de la operación salida de vacaciones, contradiciendo todas las previsiones, el presidente, se dio una pasada por el Senado, para tratar de engañarnos con unas explicaciones, sobre lo que, presuntamente, todos ya sabemos. La única sorpresa, fue que la comparecencia tuviese lugar de forma física, y no, como nos tiene acostumbrados don Mariano, a través de una pantalla de plasma.

Sólo añadir; en defensa de los motivos de la comparecencia del Sr. Rajoy, que fue provocada por las críticas de la prensa internacional, el final de la Liga BBVA y el hecho insólito de que el Tour de Francia lo ganase un inglés, además, acentuadas por la imposibilidad, tras convertir a un conductor de tren en una especie de Dios con responsabilidades míticas, de acaparar todas las atenciones de criminalización de Apaña.


Las personas que retrasaron el comienzo de sus vacaciones, para escuchar expectantes, las explicaciones que pudiera ofrecerles su presidente sobre el caso de corrupción y financiación ilegal más alucinante, sacado a la luz, de todos los tiempos en el reino de Apaña, se llevó, cuando menos, una tremenda decepción.  

Tras hacernos una descripción de la economía española, que constata que el presidente, no vio ni un solo programa del Conde Draco, se esmeró en presentarnos una realidad social, que nos hace pensar; o que hemos estado dormidos los últimos veinte meses; o que cuando menos, nos hemos perdido algo: el presidente dijo "Bárcenas", es más, se constató a sí mismo que existe un "caso Bárcenas".
 

Pero ahí, tras entonar las causas del "mea culpa", se acabaron toda las expectativas, dejando a cualquier persona con dos dedos de frente, con motivos para orinarse y no ser capaz de echar gota, creando la disyuntiva de que Rajoy; o bien es corrupto; o bien es idiota, o si incluso, lo más probable es que sea las dos cosas a la vez. 
Antes de que  Don Mariano acabase de leernos, al parecer con letra medianamente inteligible, las dos intervenciones que le habían escrito, en el que aparecían insertadas las bravuconadas y milagros económicos de un país inexistente. Antes, incluso, de que el Sr. Rajoy nos convenciese con, su ya famoso: "España va mejor". El FMI, había redactado otro paquete de "soluciones", que cuando menos, pone en entredicho su exitosa reforma laboral y ostentoso pavoneo de recuperación económica. 

No me extraña que la institución presidida por la Sra. Lagarde, se llame fondo, ya que la verdad es que no se puede caer más bajo. A pesar de haberse comprobado, e incluso, en algunas ocasiones reconocido que sus medidas y recomendaciones no funcionan, y que más, que ser la solución, se convierten en el problema que acomete a los pueblos al camino de la indigencia. El FMI sigue erre que erre, cargando sobre los mismos de siempre y recomendando las mismas doctrinas neoliberales.

Qué podemos esperar de un país, donde la ministra de trabajo, siempre ha conseguido su empleo asignada a dedo, que además, por solidaridad nos pide que seamos chivatos de los trabajadores que cobren en negro.

El FMI recomienda bajar el sueldo a los trabajadores un 10%, la UE, está de acuerdo, la CEOE se embala y pide poder hacer con el sueldo y la jornada del trabajador lo que le plazca, el gobierno, no sólo no se decanta, sino, que da el cante y nos pide que seamos chivatos. Si un trabajador que gana, en el mejor de los casos 1000 €, se le debe rebajar el sueldo un 10%, un buen acto solidario, sería que en proporción, todos ellos, todos los cargos de estas instituciones se rebajasen el sueldo un 60% por ejemplo, dejando constancia de que efectivamente, todos, debemos apretarnos el cinturón.

Cada vez entiendo mejor a Mariano, cuando comentó de soslayo a Soraya, justo antes de abandonar el edificio del Senado: " Esto sólo lo arregla el montar unas Malvinas, o bien, otro Perejil".