Quiero hacer un inciso en el interesante relato que llevo un tiempo publicando por partes, en éste, mi blog, para confesar algo: soy un impresentable. Sí, debo reconocerlo. Soy un impresentable: porque tengo a miles de personas - bueno a lo mejor no tantas - pendientes de cómo continuará, incluso de cuál será el genial desenlace - a lo mejor no es para tanto - de tan entretenido relato - eso espero, al menos - y yo aparezco, ahora, con este "Inciso", después de tanto tiempo de tener a mis seguidores pendientes y en ascuas. Y ustedes pensarán: "Joder, con lo que resulta ahora" y - espero que no - pueden también decir: "Anda y vete a la mierda, que de una cosa te vas a otra".
Bueno; lo anterior era una broma, más que nada porque nadie piensa eso: verdad ?. Además, prometo que algún día - no puedo asegurar cuando - continuaré la siguiente parte del mini relato "Una Historia".
Pero bueno; a lo que iba, que de insultarme a mí mismo siempre tengo tiempo, y me dice mi amigo el marciano que "no me enrolle y al lío".
Vivimos unos tiempos realmente preocupantes, al menos a mí me preocupan enormemente, porque se está produciendo, en poco tiempo, la mayor agresión contra los derechos conseguidos, a base de mucha lucha, por los tabajadores. Lo peor; no es ya la serie de concesiones, que venimos otorgando los asalariados, al capital. Concesiones, que se han ido agudizando, de forma paulatina, desde la caída del muro de Berlín y que en los últimos tiempos, vienen resultando inasumibles por parte de cualquier pueblo con un mínimo de pundonor, máxime, siendo soberano de un Estado que se denomina a sí mismo democrático.
Debo reconocer que como consecuencia a mi renuncia, desde hace ya tiempo, al inmovilismos, siento miedo. No ya por los derechos perdidos - que también - sino porque no sé dónde tiene pensado esta gentuza parar. Como ya he dicho en alguna ocasión anterior, esta gente ha decidido que es el momento de ir a por todas, si se detienen un poco, es porque saben que aunque desunidos, somos mayoría aplastante y que las mentiras y la manipulación pueden tener un límite, que de momento, desconocen, y eso es lo que hace que se detengan un poco en la barra libre que han visto abierta.
Debo reconocer que siento miedo, más que por mí - que también - por mis hijos, por el futuro, por el de mis hijos y por el de mi familia en su conjunto. Por el conjunto de la mayoría formada por la clase trabajadora. Miedo de un futuro, cuya "luz al final del túnel" que tanto nos mencionan, nos aboca a una subsistencia precaria para los sectores sociales menos favorecidos. Siento miedo porque parte de esa mayoria asalariada, carece de una conciencia de clase, lo que denota una carencia de creencias y una falta de ideales políticos concretos. No tienen criterio a la hora de escoger qué tendencia política es la que puede defender sus intereses, es más, es tal el grado de manipulación de las propagandas emitidas desde medios afines a las élites financieras, que creo que ha llegado un punto, en que muchos han perdido el criterio para disitinguir las tendencias políticas en sí mismas.
Debo reconocer, que al parecer, últimamente los ciudadanos comenzamos a despertar. Nos hemos dado cuenta del inmenso engaño y empezamos a concienciarnos de que debemos defendernos, o al menos plantar cara y resistirnos a la desproporcionada agresión que estamos padeciendo. Pero me asusta; por tanto, siento miedo del hecho de que la reacción por parte del pueblo, no es proporcional a la gravedad de la agresión que estamos soportando. Dentro de no mucho, de seguir a este ritmo, no quedará nada que defender, ni en lo que a derechos sociales se refiere, ni laborales, ni en nada. O nos espabilamos y nos ponemos las pilas, o nos tendremos que resignar a vivir de forma perpetua con el yugo del poder al cuello, agachados y sumisos, sin que ni siquiera quede un ápice de dignidad, no ya para nosotros, que también, sino para nuestros hijos, a los que les endosaremos una maltrecha herencia, consecuencia de nuestro inmovilismo, paciencia y parsimonia como un lastre para su futuro.
Pero lo que realmente me aterra, y hace que mi amigo el marciano se descojone de risa, son los tiempos de esperpento que vivimos. No sé qué hace falta que nos hagan, para hacer saltar la chispa y que la reacción sea masiva. Esta saliendo mierda, por parte del partido en el Gobierno, que te rilas, el cual, se escuda en la mayoría absoluta conseguida en las urnas - cuando les interesa son de un democrático... - para afianzarse en sus poltronas, a pesar de que el sistema electoral es injusto, sistema, que modifican a su antojo para cerrarse cada vez más al bipartidismo con el partido en la oposición. El panorama es desolador, con una derecha que se alterna el poder, la que gobierna, que es la del estacazo y sostente tieso, y la que simula una supuesta oposición, que es la del buen rollito: la de un partido que se define como social-demócrata y progresista, que se transforma, incluso, en marxista-leninista - a veces, y siempre de boquilla - cuando está en la oposición, debido a la base social de la mayoría de su militancia, a la que mantienen engañada, que sí es de tendencia progresista de izquierda. Pero partido, que asombrosamente en cuanto que huele Moncloa y comienza a gobernar, se convierte en el mayor baluarte del neoliberalismo, llevando a cabo reformas, a veces, impensables para la derecha más rancia, conservadora, ultracatólica y retrógrada, que es la que representa el PP. El PSOE ha ejercido durante toda la transición el papel de tapón de la izquierda, asfixiando toda la movilización y lucha obrera durante los últimos treinta y cinco años.
El panorama; resulta cuando menos desalentador. Por una parte; tenemos una situación de crisis del sistema, provocada por los propios oligarcas del mismo, que a su vez, nos han inculcado la idea de que esto son cosas que pasan: al igual que un agricultor pierde la cosecha por una tormenta de granizo, miles de personas pierden la vida debido a un tsunami. Llevan años inculcándonos la idea de que un país, puede pasar de considerarse desarrollado, próspero y rico, a la más absoluta miseria, debido a que el pueblo ha vivido por encima de sus posibilidades. De esta forma, consiguen el efecto deseado: culpabilizar a las víctimas. Eximiendo de toda responsabilidad, a los responsables que dirigen las herramientas reguladoras - instituciones - de Estados títeres - supuestamente democráticos - que manejan a su completo antojo.
Por otra parte; tenemos a un pueblo - el caso de España, ya clama al cielo - sin capacidad de reacción. Nos han idiotizado de tal manera, que han conseguido que olvidemos; que si bien Franco murió en la cama, la dictadura, murió en la calle. Es tal la influencia de las clases dominantes, que sus medios nos han hecho que olvidemos, incluso, que veamos anticuado el concepto de "lucha de clases". Nos han hecho delegar, eso tan complicado y aburrido, que es la política, en manos de unos señores con vocación de servirse, que gustan de vivir por encima y al margen del pueblo, al que tan sólo necesitan cada cuatro años, para que acuda a votarles.
Nos han vendido una transición modélica y exportable, de la que se ha comprobado, que la unica realidad que prevalece es la serie de traiciones, mentiras y engaños que se produjeron. Cuando de traiciones, obviamente, me refiero a las perpetradas por los partidos de izquierda hacia la clase trabajadora, que fueron las que masivamente, con sus protestas y reivindicaciones en la calle, hicieron posible el plantearse un cambio de régimen en este país. Aun así, en aquel momento, se pueden entender la cesión de algunas concesiones y hablando en plata, alguna bajada de pantalones, por parte de la izquierda del momento, muy respaldada por la clase obrera. Pero han pasado más de treinta y cinco años, la situación política es muy diferente y los de "los espadones" ya no resultan tan amenazantes como en aquella época. Sin embargo; hay cosas muy arraigadas, y que resulta muy difícil cambiar en este país.
Me acojona pensar que el futuro que nos depara esta gentuza, está sentenciado y nos conduce, a las mayorías, a la precariedad, esclavitud y miseria, para beneficio de una minoría.
Una desunión europea - UE- adoctrinada, al servicio de las élites fiinancieras y el poder. Unos Estados - cada vez más mermados - supuestamente democráticos, cuya manipulada voluntad del pueblo, es simplemente utilizada cada cuatro años, para seguir asegurando las mismas voluntades financieras y elitistas, que le conducen a la precariedad, la miseria y la esclavitud. Unos partidos políticos, que se han convertido en maquinaria del Estado y que viven de él, y por tanto, no les interesa realmente que se produzca ningún cambio profundo.
Precisamente eso es lo que necesitamos: una serie de cambios profundos. Debemos hacer constancia de forma masiva, de que deseamos esos cambios. Hay muchos ciudadanos que ya hacen constar al Regimen, en forma de Organizaciones denominadas Mareas, su desacuerdo con la situación que estamos padeciendo, que se manifiestan, muestran su rebeldía y salen a la calle a protestar. Hace falta una unión por parte de toda esa fuerza del pueblo, necesitamos una acción cojunta que muestre la rebeldía, ante la situación que nos están imponiendo, a la mayoría de los ciudadanos. Concienciarnos de que los cambios sociales y las grandes transformaciones políticas , no vienen, ni lo han hecho nunca, desde los partidos acomodados con el sistema. Las revoluciones las hacen los ciudadanos, saliendo a la calle de forma masiva para mostrar su disconformidad ante la opresión.
Mi amigo el marciano, a veces, me habla de Regímenes; cuyas instituciones, incluso su economía, están al servicio de los ciudadanos. Está demostrado que existen recursos para todos, existen avances de todo tipo, que favorecen el desarrollo del ser humano con el medio. Se trata de avanzar. "Llevamos muchos años girando alrededor de esta planeta, buscando vida inteligente, pero nunca aterrizamos - me dice - quizás lo hagamos cuando el miedo cambie de bando.
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