jueves, 8 de agosto de 2013

FIN DE LA CITA



                “Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen, pierden el respeto.”  
                                                        Georg C. Lichtenberg      "( Fin de la Cita )"


Vivimos en la República Bananera de Apaña, pero con el duro matiz, de que ni siquiera somos una república. En los últimos tiempos, se ha hecho más patente, si cabe, que somos una especie de Bundesland, propiedad de los bancos alemanes y a disposición de los mercados y la troika, para asegurar el cobro de intereses y ganacias a corto plazo. Hemos pasado; de ser el falso espejismo de la octava potencia económica mundial, a volver a la realidad; como la colonia de Estados Unidos, que siempre hemos sido y de la que comienza a salir, a raudales, todos los olores y excrementos putrefactos acumulados durante décadas bajo capas y capas de maquillaje.

El pasado 1 de agosto, además de la operación salida de vacaciones, contradiciendo todas las previsiones, el presidente, se dio una pasada por el Senado, para tratar de engañarnos con unas explicaciones, sobre lo que, presuntamente, todos ya sabemos. La única sorpresa, fue que la comparecencia tuviese lugar de forma física, y no, como nos tiene acostumbrados don Mariano, a través de una pantalla de plasma.

Sólo añadir; en defensa de los motivos de la comparecencia del Sr. Rajoy, que fue provocada por las críticas de la prensa internacional, el final de la Liga BBVA y el hecho insólito de que el Tour de Francia lo ganase un inglés, además, acentuadas por la imposibilidad, tras convertir a un conductor de tren en una especie de Dios con responsabilidades míticas, de acaparar todas las atenciones de criminalización de Apaña.


Las personas que retrasaron el comienzo de sus vacaciones, para escuchar expectantes, las explicaciones que pudiera ofrecerles su presidente sobre el caso de corrupción y financiación ilegal más alucinante, sacado a la luz, de todos los tiempos en el reino de Apaña, se llevó, cuando menos, una tremenda decepción.  

Tras hacernos una descripción de la economía española, que constata que el presidente, no vio ni un solo programa del Conde Draco, se esmeró en presentarnos una realidad social, que nos hace pensar; o que hemos estado dormidos los últimos veinte meses; o que cuando menos, nos hemos perdido algo: el presidente dijo "Bárcenas", es más, se constató a sí mismo que existe un "caso Bárcenas".
 

Pero ahí, tras entonar las causas del "mea culpa", se acabaron toda las expectativas, dejando a cualquier persona con dos dedos de frente, con motivos para orinarse y no ser capaz de echar gota, creando la disyuntiva de que Rajoy; o bien es corrupto; o bien es idiota, o si incluso, lo más probable es que sea las dos cosas a la vez. 
Antes de que  Don Mariano acabase de leernos, al parecer con letra medianamente inteligible, las dos intervenciones que le habían escrito, en el que aparecían insertadas las bravuconadas y milagros económicos de un país inexistente. Antes, incluso, de que el Sr. Rajoy nos convenciese con, su ya famoso: "España va mejor". El FMI, había redactado otro paquete de "soluciones", que cuando menos, pone en entredicho su exitosa reforma laboral y ostentoso pavoneo de recuperación económica. 

No me extraña que la institución presidida por la Sra. Lagarde, se llame fondo, ya que la verdad es que no se puede caer más bajo. A pesar de haberse comprobado, e incluso, en algunas ocasiones reconocido que sus medidas y recomendaciones no funcionan, y que más, que ser la solución, se convierten en el problema que acomete a los pueblos al camino de la indigencia. El FMI sigue erre que erre, cargando sobre los mismos de siempre y recomendando las mismas doctrinas neoliberales.

Qué podemos esperar de un país, donde la ministra de trabajo, siempre ha conseguido su empleo asignada a dedo, que además, por solidaridad nos pide que seamos chivatos de los trabajadores que cobren en negro.

El FMI recomienda bajar el sueldo a los trabajadores un 10%, la UE, está de acuerdo, la CEOE se embala y pide poder hacer con el sueldo y la jornada del trabajador lo que le plazca, el gobierno, no sólo no se decanta, sino, que da el cante y nos pide que seamos chivatos. Si un trabajador que gana, en el mejor de los casos 1000 €, se le debe rebajar el sueldo un 10%, un buen acto solidario, sería que en proporción, todos ellos, todos los cargos de estas instituciones se rebajasen el sueldo un 60% por ejemplo, dejando constancia de que efectivamente, todos, debemos apretarnos el cinturón.

Cada vez entiendo mejor a Mariano, cuando comentó de soslayo a Soraya, justo antes de abandonar el edificio del Senado: " Esto sólo lo arregla el montar unas Malvinas, o bien, otro Perejil".


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