sábado, 28 de diciembre de 2013

TRADICIÓN





"Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro".

                                                            Groucho Marx



El que somos un país de costumbres arraigadas, es un hecho. Lo dice la Marca España:  "un país rico en tradiciones". Sólo tenemos que poner la televisión, durante estas fechas tan señaladas, para comprobar que es cierto. Comenzamos, todavía con sabor a mantecado en la boca, a escuchar el discurso del rey. Su Majestad, que lleva 35 años diciéndonos, casi, lo mismo todas y cada una de las Nochebuenas, desde el 24 de diciembre de 1978, pero a peor.

Al principio; D. Juan Carlos, alias "el Campechano", nos instaba a la unidad como pueblo, para conquistar un futuro, después; nos pedía una unidad como pueblo, para justificar el pasado, ultimamente; nos demanda una unidad como pueblo, para justificar el presente, incluso su presencia. Y es que ve que se le desmonta el chiringuito, y que hemos pasado de una época en que decíamos que los niños ya no son tan niños, para ver que los tontos ya no son tan tontos, que hasta Sofía no Sefía y poco a poco se fue convirtiendo en Sofea.

Lo que más me ha llamado la atención del mensaje del rey de esta Nochebuena, es el detalle de irse acordando y mencionando uno por uno, a todos y cada uno de los grupos sociales que en la actualidad lo mantienen ahí subido a la burra del sistema, los saqueados, pero ni siquiera menciona, a pesar de conocerse perfectamente, a ninguno de los saqueadores.

El otro día me explicaba el chino de la tienda de mi barrio, lo español que es nuestro rey que "se ha comido no ya un colín, sino toda una colina", me decía, no sé si con sorna, o directamente con muy mala leche.  Al final, no supe ver si su alusión era específica al hecho de haberse trajinado a doña Corinna, o por el contrario, por su forma de descojonarse de risa, se refería a cómo somos nosotros, a los que ahora, nos engañan como a chinos.

El caso es que en vista de la trascendencia y profundidad de las palabras del Borbón, se empieza a sopesar la posibilidad de que el próximo año, que según el gobierno será el de la recuperación, sea Froilán el que nos lea el discurso de Nochebuena, porque es un chavalote que se dispara muy bien y además sabe leer.

Hablando de tradiciones, ya es costumbre para TVE, la televisión pública que pagamos todos, el amenizarnos "la Nochebuena" con la presencia del cantante Raphael, este año además, junto a la figura innovadora de Pablo Alborán. Los dos, se arrancaron a dúo en un momento del programa, interpretando una canción en la que más que cantar, parecía que maullaban y daban algún que otro bufido, como dos gatos que se hubieran pillado los testículos con la tapa del piano.

El mensaje oculto que nos mandan es claro. Ante la inminente subida de la luz a partir de enero, tras el montaje del 11% inicial, al final han decretado un 2,3%, para que les demos las gracias, vamos. A pesar de congelar el salario mínimo, subir las pensiones  un 0,25% - la mitad del IPC - un índice de paro del 26%, una precariedad laboral que asusta, unos derechos laborales que rondan el esclavismo, ante esta situación, el mensaje de TVE, la televisión pública que utiliza el Gobierno como medio de propaganda política, es claro: apagad la televisión, los que no os lo podéis costear, que tenéis que ahorrar en el recibo de la luz. Y para lo que hay que ver...

Tradicional, también, resulta la forma de entender las cadenas públicas de televisión por parte de los gobiernos del PP,  el cual bajo el amparo de la crisis, camufla medidas y leyes de claro corte ideológico. Demonizando toda posible oposición al Régimen y ensalzando las políticas neoliberales y conservadoras.

Menos mal que ha llegado el PP al poder para poner orden en una España donde se usaba el aborto como método anticonceptivo y el subsidio de desempleo para comprar televisiones de plasma, y no precisamente para poder ver al Sr. Rajoy en una de sus ruedas de prensa.


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